Hernán Mena. 14 de Agosto. Tomado de Agencia Venezolana de Noticias.
Caracas, 13 Ago. AVN (Hernán Mena).- Larry Palmer calumnió y ofendió a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana diciendo que “su moral es baja”, pero olvidó que el ejército estadounidense ni siquiera la tiene y que si alguna vez la tuvo, hoy la tiene por el suelo, destruida por la incontenible avalancha de asesinatos y suicidios que cometen los veteranos que regresan de Irak y Afganistán enloquecidos por los espantosas crímenes que allí cometieron .
El diplomático, al dar esa declaración, enmarcada en la agenda conspirativa del Imperio contra la Revolución Bolivariana, no imaginó que su acusación se volvería como bumerang contra la propia fuerza armada de su país, instrumento de violencia, muerte y destrucción usado por EE UU al igual que por las grandes potencias europeas a lo largo de los siglos en las guerras de conquista y dominación que han desatado por el mundo.
Y es que La historia de EE UU y de Europa está escrita con la sangre de los pueblos que invadieron y la de sus propios militares, víctimas del horror que perpetraron y perpetran, como ocurre con los veteranos yanquis de Irak y Afganistán, cuyas bajas, por la ola de suicidios que cometen cada día, supera a las sufridas en combate, lo cual sería, además de la derrota que allí sufren, la causa principal de su fracaso e inminente retirada de ambos países.
Y es que, a la muerte de los casi 4.500 efectivos caídos en Irak y a los más de 1.100 muertos hasta hoy en Afganistán, se suman las de los más de 7.000 veteranos que han atentado en esos dos países y una vez de regreso a EE UU contra sus vidas, las de sus camaradas y familiares, sin contar los más de 30.000 discapacitados física y mentalmente, víctimas del Desorden de Stress Post Traumático, Post-Traumatic-Stress-Disorder, (PTSD) por sus siglas en inglés.
Las secuelas dejadas en las mentes de esos hombres por el horror de las masacres y torturas presenciadas o cometidas por ellos contra los hijos de ambos pueblos, que han dejado un saldo de más de un millón de víctimas entre muertos, heridos, viudas y huérfanos, son las que abonan el terreno para huir de las visiones fantasmales que los acosan día y noche, y tras refugiarse inútilmente en las drogas y el alcohol, lo hace escapando por la puerta fácil del suicidio.
La tragedia es parte del legado de los invasores que, prevalidos de su poderío militar, sojuzgaron y esclavizaron a los pueblos del Tercer mundo, sin contar que con el tiempo, sus víctimas se rebelarían asestándoles humillantes derrotas en América Latina, el Sudeste asiático el Medio Oriente y Asia Central, como sucede hoy, donde para ocultar su gran fracaso, anuncian sendas retiradas, la de Irak para fines de este mes y la de Afganistán para dentro de un año.
La noticia la dio a principios de este mes Obama, seguidor de la nefasta tradición de conquista y sojuzgamiento de los gobernantes yanquis y europeos que invadieron China, India, Vietnam, Sudáfrica, El Congo, Angola, Líbano, Cuba, Nicaragua, México, Haití, República Dominicana, Guatemala, Panamá, y otros pueblos y mas recientemente a Irak y Afganistán, donde a sus tropas hoy no les queda otro opción que la huída.
Pero, no se crea que el mandatario yanqui, al ordenar la retirada de más de 90.000 soldados de Irak y dejar 50.000 efectivos en labores de apoyo e instrucción al ejército del mercenario gobierno iraquí, ha escogido el camino de la paz. Nada más lejos de la verdad, pues lo que persigue, es enviar, del infierno que ha sido para sus tropas durante más de 7 años de guerra el país del Medio Oriente a ese otro infierno que hoy lo es Afganistán, luego de casi diez años de guerra.
Porque, Obama, quien dijo que “el mundo ha cambiado y debemos cambiar con él”, traicionó la promesa hecha a su pueblo, sumergido en los abismos de la mayor crisis económica política, social y moral de su historia, al igual que las potencias europeas que viven del negocio de la guerra que produce mas ganancias que cualquier otro, al vender armas para matar gente y destruir pueblos para luego reconstruirlos en un amoral ciclo de violencia, muerte y destrucción,
Que lo digan esos miles de veteranos, guiñapos humanos refugiados en las drogas y el alcohol, que finalmente matan y se suicidan para escapar de las visiones fantasmales que crearon viendo o perpetrando masacres y torturas cuyas víctimas los persiguen día y noche, victimas a su vez de la ambición de un imperio y sus aliados, que los llevaron junto con los otros que murieron sin honor ni gloria, a la aventura de dos guerras absurdas como todas las guerras.
Leer el contenido de informes de sicólogos, psiquiatras y demás especialistas como el elaborado por Robert Ursano, director del Departamento de Siquiatría de la Universidad de Ciencias de la Salud de EE UU, quien destaca que “el suicidio de los soldados en activo y veteranos se ha convertido en un fenómeno incontrolable”, es penetrar en un mundo oscuro a donde son arrastrados los miles de militares yanquis que matan a inocentes y luego se quitan la vida, atormentados y vencidos por el DSPT.
Esta tragedia que permanece casi oculta por el silencio que en torno a ella mantienen los medios mercenarios al servicio del Imperio, hace que sean las propias organizaciones de veteranos las encargadas de suministrar datos sobre esa plaga que destruye tantas vidas, que llevó a que la revista Time publicara un artículo titulado, “El ejército de EEUU está perdiendo la guerra en los suicidios.”
Eso lo sabe bien Palmer, pero, como la mentira es el arma del Imperio en el marco de su agenda conspirativa contra la Revolución Bolivariana, dijo que la FANB ha perdido la moral, sabiendo que es el US Army, que invade y conquista pueblos para explotarlos y saquear sus riquezas, el que, si alguna vez la tuvo, la acabó por perder totalmente por la enorme ola de suicidios de los veteranos de Irak y Afganistán cuya muerte supera a las bajas que sufre en combate.
22:53 13/08/2010
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