Pedro Antonio Salamanca.20 de Agosto. Tomado de Diario Co Latino.
Desde hace mucho tiempo en la agenda de los candidatos a gobernantes y hasta en los
programas de Gobierno, las palabras: ética, transparencia y rendición de cuentas se pronuncian y se escriben prolíficamente; estos términos encantan, seducen y contagian a todos aquellos que tenemos la esperanza de que los negocios, fondos y bienes públicos se administren honestamente, con eficiencia y se privilegie siempre la búsqueda del bien común antes que favorecer el interés particular.
No es fácil darle significado a las palabras, porque estos conceptos implican acciones, decisiones y actitudes frente a las viejas prácticas, se requiere renovar estructuras y actores que permanecen enquistados en un modelo institucional, que conforma un sistema sólido, bien diseñado para jugar de hacer control, juicio y castigo, pero no es más que eso, un juego, porque los resultados obtenidos al final de casi todos los casos de corrupción, han resultado ser procesos muy simpáticos, entretenidos y oficiosos porque demuestran que sólo han servido para publicitarlos y al final los ciudadanos carecemos de información porque no existe rendición de cuentas a todos los niveles.
Respecto a lo anterior, y en vista de que actualmente se están haciendo actos de rendición de cuentas, se traslada un concepto elaborado por expertos en la materia, quienes expresan que “La rendición de cuentas representa el grado en que se cumple la obligación del Estado de informar de manera veraz, completa, oportuna y responsable, la sujeción a la ley de su poder delegado. Por ello, no toda explicación constituye un acto de rendición de cuentas, sólo las que cumplen con las cualidades mencionadas. El ejercicio de la petición y rendición de cuentas dentro de un estado democrático de derecho supone un aparato institucional con facultades jurídicas, capacidades administrativas y técnicas y recursos financieros para sujetar el poder al imperio de la ley”1
El concepto anterior, señala que es “obligación del Estado” informar de manera veraz, completa, oportuna y responsable y que para ello supone un aparato institucional con facultades jurídicas, capacidades administrativas y técnicas y recursos financieros, es decir, la obligación es de todas las entidades del Estado, comenzando con los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial; sin olvidar que dentro la estructura del Estado, existen entidades que han sido creadas para vigilar que esa rendición de cuentas se cumpla de conformidad con las leyes que rigen la gestión pública.
Por ahora, solamente entidades del Organo Ejecutivo, por primera vez en la historia, han comenzado a desarrollar eventos públicos que denominan “rendición de cuentas”, que se consideran gestos de buena voluntad o signos muy positivos del nuevo Gobierno.
Pero en realidad, ¿Qué se necesita saber, en un acto de rendición de cuentas de una entidad pública?:
1º. Si está cumpliendo con los fines institucionales para lo cual ha sido creada; 2º. El monto de sus ingresos y gastos; 3º La cantidad y calidad de los bienes o servicios; 4º. Indicadores que muestren la eficacia o satisfacción de los usuarios o beneficiarios de esos bienes o servicios; 5º. ¿Porqué no se ha cumplido las metas y objetivos programados?; 6º. ¿Cuáles son los esfuerzos o iniciativas para disminuir costos y mejorar la eficiencia en sus operaciones?; 7º. ¿Cuánto ha sido el ahorro obtenido en su gestión?, y no cuanto más necesitan para el próximo periodo a pesar de ineficiencias; 8º. Explicaciones del porqué de algunas decisiones controversiales; 9º. Incidencia de la entidad en el desarrollo económico y social del país; 10º. Perspectivas y desafíos para mejorar su gestión en el futuro. 11º. ¿Cuál es el patrimonio personal de los funcionarios y empleados al iniciar y finalizar su gestión?; Etc.
Todos los Organos del Estado y demás entidades deben estar obligadas a rendir cuentas, en primer plano ante las entidades estatales que por mandato legal ejercen esa facultad, acto que se conoce como rendición de cuentas horizontal; pero de manera especial, la rendición de cuentas debe realizarse ante los ciudadanos que somos los soberanos y destinatarios de los bienes y servicios públicos, acción que se conoce como rendición de cuentas vertical.
Pregúntese usted, ¿a quién rinde cuentas la Asamblea legislativa, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía, la Corte de Cuentas, las Superintendencias, las Procuradurías, las Alcaldías, los Ministerios; en fin, todas las entidades públicas?
En el siguiente artículo, si Co Latino lo permite, se plantearán algunos aspectos y elementos respecto al sistema de rendición de cuentas en El Salvador.
1 Texto tomado del Capítulo 6, Rendición de Cuentas sobre Ingresos Tributarios, de Miguel Gutiérrez Saxe y Marcela Román Forastelli. http://documentos.cgr.go.cr/content/dav/jaguar/documentos/libro_blanco/cap6.pdf
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