Por Mauricio Silva.24 de Agosto. Tomado de El Faro.
Los centros de ciudades tienen un alto valor y juegan un papel clave en el funcionamiento de las mismas. Ellos tienen una infraestructura completa - aunque generalmente desaprovechada, son el corazón de la ciudad y, en muchos casos, el lugar donde se recoge y vive parte importante de la historia de la urbe, presentan una ubicación ideal para muchas actividades, incluyendo vivienda, y son el lugar donde se coordinan y ubican varias funciones claves de la ciudad como el transporte y varios servicios públicos. Sin embargo, en nuestro país, como en la mayoría de los otros latinoamericanos, ellos se encuentran en medio de un caos vehicular y social que impide su uso eficiente y los vuelve un problema para la ciudad.
Varias administraciones en algunas de las ciudades del país, especialmente San Salvador y Santa Tecla, han tratado de ordenar sus centros, de darles nueva vida, de revitalizarlos; esos esfuerzos han tenido un éxito relativo y temporal. Varias ciudades latinoamericanas han realizado esa tarea con éxito, de esas experiencias, especialmente de Quito, Bogotá, La Paz, y Cartagena, salen las siguientes lecciones claves para ejecutar esas tareas con éxito en nuestro país.
Todas nos enseñan que los mayores problemas de esas ciudades son sociales, especialmente el comercio informal, los relacionados al transporte y de infraestructura. En El Salvador, todos esos aspectos tienen un fuerte ingrediente político, siendo ello la causa principal para que los centros de San Salvador y Santa Tecla no se hayan ordenado. Como lo ha estado insistiendo La Prensa Gráfica, dado el calendario electoral, este es el momento para obtener un acuerdo político con visión de nación y no partidaria, sobre aquellos aspectos importantes para el país. El caso de la revitalización de los centros de ciudades, especialmente los de San Salvador y Santa Tecla, debería ser uno de ellos.
El ordenamiento del comercio informal en todos los casos latinoamericanos donde ha sido exitoso, ha implicado un amplio y transparente proceso de negociación con los vendedores, de diálogo y, en muchos casos, de enfrentamiento con los líderes de sus gremios. Ha implicado un censo de esos vendedores y el planteamiento de una alternativa aceptable para ellos, la cual en la mayoría de los casos han sido nuevos centros comerciales populares. En Quito ese proceso implico más de 300 reuniones de la alcaldía con los comerciantes y sus líderes, proceso agotador pero que resulto en que todos los más de 10 mil vendedores se reubicaran voluntariamente en una semana.
El transporte colectivo, en nuestro país, los buses y micros, cumplen una función clave para más del 70% de la población urbana que los utiliza; ellos son también la causa principal del desorden de los centros pues ellos son el punto de intercambio de la mayoría de las rutas. No obedecen a ninguna ley de tránsito, operan con mucha ineficiencia e inseguridad, incluso con redundancia, y son fuente de contaminación. Son ellos también una causa del desorden de las vendedoras, las que siguen a los clientes que los buses les proveen. La solución para esto en las ciudades latinoamericanas de tamaño similar al nuestro ha sido un sistema de transporte integrado que incluye un sistema rápido de transporte masivo sobre tierra, como lo son los metro-buses/trenes de Quito y Bogotá. Esos metro-buses circulan por las vías más importantes y se alimentan por los buses normales que cubren los barrios y llevan los pasajeros a ellos. En San Salvador esos ejes principales son desde Soyapango o Ilopango hasta Santa Tecla, y del Centro a Apopa. Realizar este sistema de transporte implica negociaciones con los transportistas de buses y un acuerdo entre alcaldías y de las alcaldías con el gobierno central, ya que las alcaldías del Área Metropolitana de San Salvador no tienen la capacidad para financiar ese sistema.
Los centros comerciales populares y el sistema de transporte rápido masivo deben ir acompañados de otras infraestructuras como proyectos habitacionales, construcción o rehabilitación de centros sociales y de entretenimiento, y espacios públicos. La revitalización de los centros necesita de un enfoque integral que provea viviendas, servicios sociales, y promueva el desarrollo económico de esas áreas. Ello implica financiamiento público y privado lo cual necesita reglas del juego claras y consensadas por medio de acuerdos políticos.
Estos procesos de revitalización de los centros de nuestras ciudades principales parecen complicados, pero han sido exitosos en muchas ciudades como las mencionadas. Ellos han vuelto las urbes latinoamericanas mucho más eficientes y equitativas, menos contaminadas, y les han dado una nueva vida. Ninguna de esas ciudades se pensarían ahora sin esos procesos de revitalización. Son procesos que debemos empezar en nuestras ciudades y es ahora, antes de entrar en los procesos electorales, cuando no sabemos de qué partido político serán las futuras administraciones locales, que debemos lograr un pacto político para empezar los mismos. El gobierno central y/o algunos gobiernos locales o Comures podrían hacer el planteamiento para ello, el cual sería firmado por los partidos políticos y el gobierno central.
Opinión - Para revitalizar el centro - ElFaro.net El Primer Periódico Digital Latinoamericano
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios que incluyan ofensas o amenazas no se publicaran.