Escrito por Zarko Pinkas.07 de Agosto. Tomado de La Página.
Mientras los golpes no me dejaban respirar solamente pude dejar que éstos cayeran con toda la fuerza del odio guardado por años. Posiblemente me los merecía por no saber reconocer que algunas mentes por medio del daño físico es la única forma de desahogar frustraciones.
Siempre leí en los periódicos sobre la violencia que se mueve como una peste por todos lados. Como muchos no pueden salir de sus hogares, pues saben que les espera recibir palos en lo emocional o físico.
Las historias de muchos, que son atacados por los vándalos en muchas calles oscuras camino a su casa, es que deben cerrar con llave y pasaportes, esperando que esa violencia irracional no entre por ahí...
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Ahora viendo con más detalle el tema, saliéndome de la narrativa de un cuento, debo exponer que la violencia no lleva a nada, solo a más violencia (frases refritas por muchos). No existen forma que las leyes se cumplan para ayudar a las víctimas de los golpes dados con odio, ni de las palabras que pueden ser más dolorosas que estos mismo puñetazos.
Sabias voces de aquellos que dicen que la violencia engranda más violencia. Recuerdo las palabras de muchos ahora que sugerían leyes para aplicarlas a estos delincuentes. Que matan y dañan con cicatrices físicas y emocionales, las cuales nunca desaparecerán sin una buena terapia.
No es de extrañar que ésto se vaya reproduciendo en nuestra sociedad donde la pérdida de la humanidad termina contaminando, como la peste negra en la Europa Medieval, a todos y a cada uno de los integrantes de los sectores que sufren de este flagelo.
Como pueden exigir que un ser humano respete a otro, si en muchos medios la violencia se muestra como una forma normal de falsos héroes.
Pero siempre hay que tener fe que las cosas pueden cambiar, y que las instituciones funcionaran para aquellos, los cuales no tienen influencias ni nada por el estilo; para poder hacer valer sus derechos básicos como ciudadanos.
La violencia que se desborda por todos lados, no solamente en El Salvador, se ha convertido en un mal que no puede detenerse sin que exista un enseñanza en valores básicos sobre el trato del respeto humano.
Es obvio que la violencia nace de un lugar, que viene de varios factores psico-sociales, y hasta motivados por el mismo carácter de la gente en sus hogares. Querer meter todo en un mismo saco de papas en muy simplista. No existen soluciones fáciles. Aunque si se puede asegurar que al no tomar medidas sólidas con personas capaces e íntegras sin sed de poder, esto continuará siendo un mal endémico.
Justificar con discursos huecos sin sentido o disculpas, no llevará a nada real, sólo es propaganda. Todos son parte de este fenómeno, y estoy seguro que cualquiera persona de cualquier clase social, sin importar su ideología, están concientes del peligro.
No es de esperar que maten a alguien para ver que la justicia tengan que funcionar, por la misma presión de los medios de comunicación en algunas ocasiones, por la iglesia o por grupos ciudadanos por medio de marchas contra la violencia.
La solución ahora es responsabilidad para aquellos que detentan los liderazgos, con el nuevo ingrediente de algunos quienes se promoverán, según ellos, como “candidatos impedientes”.
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Después de la golpiza solamente pude ver el rostro de mi padre. No importa. Al fin de cuenta es mi papá, el sabe lo que es mejor para mí, eso me enseñaron en la escuela, eso me enseñaron en la iglesia, eso me lo dijeron todos.
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