Sao Paulo ha servido de escenario para que el ejemplo de la alianza entre Lula da Silva y la empresa privada penetre en el modelo de El Salvador. Tanto ANEP como el Gobierno auguran una nueva etapa de relaciones. El llamado de Lula, el discurso de Funes, la correspondencia en medio de un encuentro de empresarios en la capital financiera del Sur de América.
Escrito por ENVIADOS Brasil Gabriel Trillos / Vladimir Lara.10 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica.
Mi gobierno les ofrece estabilidad para emprender una aventura productiva comercial que signifiquen grandes inversiones.”
Mauricio Funes, presidente El Salvador
Vine muchas veces a hablar con los empresarios, y por eso ahora nos hemos convertido en una economía fuerte, un exportador nato.”
Inácio “Lula” da Silva, Pdte. Brasil
FIESP se ofrece para buscar el acercamiento y estén seguros de que tendrán a su servicio todo lo que hemos logrado construir.”
Benjamín Steinbruch, presidente FIESP
El presidente Mauricio Funes ofreció ayer un discurso, en Sao Paulo, Brasil, para intentar convencer al empresariado brasileño de invertir en El Salvador, pero, sobre todo, para intentar convencer al empresariado salvadoreño de trabajar junto con el Gobierno para invertir en el país. El mandatario hizo —desde un estrado del auditorio de la sede de la Federación de Industriales del Estado de Sao Paulo (FIESP), la más importante asociación de privados de Brasil— un sólido llamado de confianza y armonía, de seguridad jurídica, de estabilidad e inversiones de largo plazo, de cambio de actitud y de asocio estratégico para impulsar una nueva alianza productiva público-privada por El Salvador.
El discurso de Funes, registrado en el marco del Encuentro Empresarial Brasil-El Salvador, se dio al amparo del presidente brasileño, Luiz Inácio “Lula” da Silva, quien, una vez más, le ofreció respaldo político y le aconsejó.
Además, le compartió el núcleo de la experiencia del proceso de construcción de su relación con el empresariado de su país sobre la base de la confianza, concesiones y cambios de actitud de ambas partes, y cuyos resultados saltan a la vista teniendo a su país como una nueva potencia económica en el orden mundial.
Los mandatarios ofrecieron los discursos principales del foro, que tuvo reunida a una comitiva salvadoreña formada por funcionarios del gabinete económico y unos 50 empresarios con un nutrido grupo de inversionistas brasileños acuerpados por funcionarios del gobierno de Lula.
Esta vez, Funes consiguió también el respaldo público del empresariado brasileño a través del presidente de la FIESP, Benjamín Steinbruch, quien depositó su confianza en el encuentro empresarial, en la gestión del presidente salvadoreño y sus ministros y se comprometió a impulsar de todas las maneras posibles las inversiones de Brasil en la nación centroamericana.
Funes utilizó su mensaje para atraer a los brasileños y para establecer un nuevo diálogo con el empresariado salvadoreño. Una comparación entre El Salvador y Brasil para establecer el fundamento de su mensaje. Recordó que desde su campaña como candidato y en el inicio de su gobierno se ha mantenido un ambiente de desconfianza, pero también consideró que esta actividad en Sao Paulo puede marcar un antes y un después, refiriéndose no solo a las relaciones entre Brasil y El Salvador, sino también a las relaciones con la empresa privada, con la cual ha tenido episodios recientes de discrepancias.
“Algunos empresarios llegaron a plantear que levantarían sus inversiones y se irían del país. Eso, amigos y amigas, eran prejuicios hacia el cambio positivo que la experiencia proponía a la sociedad. Esta mañana, en la sede de la mayor entidad empresarial de América Latina, vemos que esos fantasmas del prejuicio se han borrado y que impera un espíritu inédito en la relación público-privada entre un gobierno democrático, transformador, y un empresariado maduro con conciencia social y con una fuerte voluntad emprendedora”, señaló.
Compromiso
Para el mandatario, el encuentro empresarial en Sao Paulo abre un nuevo capítulo en esta relación con este importante sector privado de El Salvador, y la muestra de la buena convocatoria es un símbolo concreto que la confianza se ha comenzado a construir.
Funes aprovechó a hacer un resumen del proceso del golpe de Estado en Honduras y del retorno del nuevo gobierno de esa nación a las instituciones centroamericanas y de la OEA, impulsada por su administración. Consideró esencial la integración de C.A. para establecer que El Salvador es la puerta de ingreso al mercado de la región y a otros mercados como Estados Unidos, México y Europa, con quienes el país tiene acuerdos comerciales importantes.
También habló de las fortalezas de las empresas del país y cerró con un compromiso público: “Contamos con un tejido empresarial experto conocedor de esos mercados, dispuesto a asociarse y a acompañarlos, tienen un aquilatado conocimiento comercial de los mercados de norte, centro y del Caribe. Y mi gobierno les ofrece la estabilidad que necesitan para emprender una aventura productiva comercial que signifiquen grandes inversiones, permanencia en el tiempo y con normas claras y seguridad de la legislación”.
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