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2010/08/22

LPG-¿Educación fallida?

 El discutido decreto de la lectura obligada de la Biblia en las escuelas ya ha sido objetado como inconstitucional, pero hay razones pedagógicas y del entorno que refuerzan lo negativo de lo que se proponía. Una de las justificaciones son las ideas sostenidas en el tiempo por pedagogos clásicos como Juan Amos Comenio (1592-1670) que destacaba que el maestro tenía que lograr una comprensión clara de la utilidad de lo que se estudia con la vida cotidiana. Recomendaba enseñar a hablar, hablando y a escribir, escribiendo. Partía de un modelo de práctica.

Escrito por José Ernesto Urbina Barrientos.22 de Agosto. Tomado de La Prensa Gráfica. 

Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) propuso educar respetando las etapas del desarrollo de las capacidades humanas y de los órganos, la cual era complementada por las personas y las cosas del medio. Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827) preconizó que toda la potencialidad del joven debe desarrollarse por un camino natural y no nutrirse con el alimento artificial y ajeno impuesto desde fuera. El amor, decía, se forma sobre la base de sus propios actos y no mediante explicaciones sobre qué es y por qué es necesario amar, y el filósofo inglés Herbert Spencer (1820-1903) y más tarde John Dewey (1859-1952), plantearon que el niño debe ser impulsado a investigar y obtener sus descubrimientos y consecuencias. Educadores clásicos y modernos están de acuerdo que el seno de la familia es donde comienza la educación del niño; la sociedad y la escuela completan el proceso de su incorporación definitiva a la vida productiva.

Al revisar los “Fundamentos Curriculares de la Educación Nacional” encontramos los perfiles del egresado, de las asignaturas, especialmente en Estudios Sociales; también están detallados los ejes transversales, específicamente de educación en valores; en los programas de estudio y en prácticos materiales , encontramos pautas de cómo se deben desarrollar los valores. Ante toda esta referencia, surgen cuestionamientos acerca de: ¿es la escuela y sus maestros la que ha fracasado ante la violencia social? El discurso pedagógico nacional está plasmado en el currículo que desarrolla el Ministerio de Educación e instituciones educativas, entonces ¿es el currículo el fallido? ¿Es la desintegrada familia salvadoreña la imposibilitada para asumir su responsabilidad? ¿Es el Estado y sus instituciones el que no responde a las necesidades? ¿Son los sectores de la vida nacional los que tampoco han tomado la decisión de enfrentar este problema y contribuir a resolverlo? ¿Qué haría ante semejante problemática la simple lectura de la Biblia?

Una educación es fallida cuando la acción deseducadora del entorno por diversos medios y formas tiene mayor poder. Por ejemplo, los educandos pasan teóricamente cinco horas en clase al día, en contra, una acción docente dudosamente eficiente; diecinueve horas del entorno en donde hay una diversidad de acciones y estímulos múltiples la mayoría negativos provenientes de su hogar, padre, madre o encargado y del lugar de trabajo de los mismos, los medios tecnológicos (TV, juegos e internet), de actitudes y hechos públicos nada edificantes de personas y de algunos líderes políticos, gremiales, religiosos, empresariales y otros; entre el dogmatismo y fundamentalismo de planteamientos que valoran excesivamente cualidades de grupo, alimentando prejuicios desfavorables hacia los demás y con una práctica espiritual generalizada que parece ignorar que el descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo. Empecemos ya por revisarnos, replantear nuestra acción en todos los órdenes para no convertirnos en cómplices o culpables directos de una educación fallida.

¿Educación fallida?

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