Escrito por Francisco Serrano.07 de Agosto.Tomado de La Prensa Gráfica.
Sr. ministro: Los retos de producir alimentos y otros productos agropecuarios de alta calidad y rentabilidad en forma sostenible son gigantescos, sobre todo acoplado a los igualmente gigantescos problemas de enfermedades y cambio climático. Es un reto demasiado grande para darle continuidad a acciones pasadas que debilitaron, dañaron y aun eliminaron programas ambientales esenciales y críticos para nuestro país. Pues aún están en el MAG, el programa forestal y los de conservación de suelos y manejo de cuencas que corresponden al MARN.
¿O acaso tiene sentido tener un Servicio Forestal para la producción, y otro para la protección? ¿Tendrá sentido tener –en un país tan vulnerable, destruido y necesitado de un buen ordenamiento territorial como el nuestro– un Servicio de Conservación de Suelos y Ordenamiento de Cuencas obsoleto, virtualmente sin personal y equipo? ¿Y con laboratorios [ahora] subordinados y limitados a requerimientos agrícolas básicos y no al adecuado manejo de suelos y cuencas en función nacional?
Es interesante percibir cómo la actual “Gerencia” forestal es un programa sin dientes. Esto no solo porque su autoridad fue centrada absurdamente en el despacho al alterarse la Ley Forestal (¿para que el ministro autorice la tala o siembra de cada arbolito?). También se ha eliminado la investigación forestal, y se ha perdido el 80% de los profesionales de las distintas especialidades del área forestal “otrora” necesarios para dar asistencia técnica.
Su ministerio no parece haber dado atención a una importantísima herramienta recientemente desarrollada en nuestro país, que puede contribuir más que cualquiera otra acción a reducir la deforestación, y darle considerables e importantes valores agregados a los productos forestales: una cocina de altísima eficiencia y limpieza de combustión que reduce en más del 95% el consumo de la leña, y una reducción aún mayor de emisiones –en particular del hollín– que tanto inciden en el cambio climático y la salud humana. Ya existen pruebas de campo y laboratorio contundentes de esto. ¿Es comprensible que su ministerio no esté participando en su fomento y distribución?
La fragmentación, dispersión, debilitamiento y aun eliminación de nuestras instituciones ambientales ha sido uno de los crímenes nacionales más atroces contra el medio ambiente; que atenta incluso contra la seguridad ciudadana y nacional. Su ministerio debe comprender que las responsabilidades propias son demasiado grandes para seguir asumiendo [mal] funciones que sin duda alguna corresponden al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Su mismo nombre claramente lo indica.
Observando el poco impacto que ha tenido el desarrollo de una nueva forma de combustión en nuestras instituciones, hay mucha boca y pocos dientes; mucha improvisación, poco análisis y planificación visionaria; poca capacidad objetiva de dimensionar verdaderas soluciones. ¿No se percibe la gigantesca oportunidad de fortalecer el área forestal dadas las implicaciones de la combustión a baja temperatura y sus potenciales aplicaciones? ¿Y de desarrollar industrias pujantes alrededor de ella?
Nuestro país no puede seguir dependiendo de tecnologías importadas, y menos del ultraje a nuestra institucionalidad –aun cuando la vergonzosa tolerancia a esto dé fuerza al dicho que “tenemos los gobernantes que merecemos”–. Ojalá que durante su gestión, se analice y corrija esta situación. Su propio ministerio y sus programas estarán entre los beneficiarios.
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