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2010/08/21

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Manuel Hinds. 21 de Agosto. Tomado de El Diario de Hoy. 

La Asamblea Nacional decidió la semana pasada establecer una comisión para discutir las resoluciones emitidas por la Sala de lo Constitucional con respecto a las leyes electorales del país.

En muchos sectores esta decisión de la Asamblea se ha tomado como una táctica dilatoria de los diputados, que han manifestado de muchas maneras-incluyendo una mal dada reforma a la constitución en horas de la madrugada-su disgusto ante estas resoluciones. Si esto fuera lo que está pasando, sería un ejemplo más de los abusos que la clase política puede cometer cuando, como es en el sistema actual, se pueden sentir seguros de ser reelectos una y otra vez si están bien con la cúpula del partido, aunque están muy mal frente a los electores. Darle largas a la decisión de la Sala sería el colmo de estos abusos, y daría aún más argumentos para hacer una reforma radical al sistema electoral.

Pero el día de ayer ARENA publicó un manifiesto en el que apoyaba la decisión de la Asamblea de discutir el punto y, al mismo tiempo, su decisión de promover y apoyar una reforma fundamental a las leyes electorales que iría en la dirección de la resolución de la Sala de lo Constitucional, pero yendo más allá de la resolución misma. Además de implementar las votaciones en listas no bloqueadas, ARENA ha propuesto establecer un sistema de votación por distritos para la Asamblea Legislativa, que conectaría directamente a los diputados con sus representados.

Esta reforma cambiaría totalmente la dinámica de nuestra política, dando fiel expresión a la democracia representativa. Aunque por supuesto hay excepciones y variantes, el sistema actual puede caracterizarse como uno en el que el poder fluye de la clase política hacia la ciudadanía en todos los tiempos excepto en los días de las elecciones, en los cuales fluye de ciudadanos a políticos pero sólo parcialmente, ya que los ciudadanos escogen entre las opciones que la clase política les ofrece. Los diputados electos en el sistema actual responden ante todos los electores y ante nadie en particular, de modo que en realidad no responden a nadie. Con un sistema de votación por distritos, en los que los ciudadanos escogerían a un representante que será responsable ante ellos por sus acciones en la Asamblea, el poder se establece firmemente en el pueblo.

Por supuesto que este sistema tiene problemas –no hay sistema perfecto– pero los problemas son mucho menores y más manejables que los del sistema actual, que, fundamentalmente, no es realmente representativo porque la cadena de representatividad de ciudadano a representante en la Asamblea se ve cortado por las cúpulas que escogen a los candidatos y su precedencia en su elección. El problema es que la importancia de los intereses parroquiales de cada distrito aumenten su importancia en las discusiones del legislativo. Esto, sin embargo, tiene un lado muy positivo, ya que muchos de los problemas nacionales son la mera acumulación de problemas locales.

Así, por ejemplo, el problema de la seguridad ciudadana es realmente local y puede ser tratado con más efectividad si los diputados responden a los afectados por el problema –que son todos los ciudadanos del país, localidad por localidad. De esta forma, sería más difícil para un diputado tomar una postura de no hacer nada contra el crimen para echarle la culpa al “sistema” cuando tiene a sus representados bombardeándolo continuamente con quejas, visitas, cartas exigiendo acción y amenazas de no volverlo a elegir si no lo hace. Si, en este caso, la cúpula del partido le dice que la línea es culpar al capitalismo por el crimen y no tomar ninguna acción para que se den las condiciones de una revolución, el diputado mandará a la cúpula al diablo y le hará caso a sus electores. Ahora, si unos electores visitan a un diputado y le dicen lo mismo, los mandados al diablo son ellos porque los que deciden quién será diputado en la siguiente legislatura son los de la cúpula.

O imagínese usted la situación que se creó cuando diputados que fueron electos para hacer contrapeso al gobierno del FMLN como parte de la lista de ARENA se salieron de éste, formaron GANA y comenzaron a votar por todo lo que el FMLN quería. ¿A quién le reclama ahora por esta traición? Todos los que lo hicieron recibieron votos de ARENA pero ninguno siente ninguna responsabilidad con ningunos electores en particular. En un sistema de distritos los electores podrían mandar a llamar a su representante y reclamarle directamente su traición.

El comunicado de ARENA abre las puertas para que la Asamblea discuta estos temas con ánimo positivo. Es de esperarse que los otros partidos y diputados se pronuncien en el mismo sentido, para crear un sistema electoral que no busque generar privilegios para las cúpulas y los diputados existentes sino para dar plena expresión a la representatividad de nuestra democracia.

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