Augusto César Miranda Montes.22 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.
RIGOBERTO! Siempre sigues en nuestros corazones, ¡no has muerto!, los que están muertos son aquellos usurpadores, asesinos de nuestros pueblos a los que les chuparon la sangre y desaparecieron, sin saber a donde están sus cuerpos.
Eso mismo sucedió contigo Rigoberto, adónde está tu cuerpo, adónde está el cuerpo del General de Hombres Libres Augusto César Sandino, ¿los incineraron o los echaron al mar? Así eran los tiranos, como Los Somozas, Trujillo, Ubico, Carías y otros.
Ahora, que tu despejaste esa nube negra de la dictadura de Somoza García, vino una nube medio blanca, que no fue la blanca que nosotros queríamos, porque no estaba definido el horizonte a seguir.
Las haciendas de ganado, Las Minas de La India, Gold Maininga Compani, de Bonanzas, y así muchas riquezas que tiene nuestro terruño, que deben ser de este pueblo que siguió a Sandino, quien luchó para erradicar a los invasores del Norte.
Así como tu Rigoberto, que luchaste desde esta tierra Cuscatleca, porque ofrendaste tu vida por el ideal que tú traías desde la tierra que te vio nacer ¡Nicaragua! y reivindicar el nombre de tu padre, a quien conocí en León, en el Colegio Beato Salomón.
Bien recuerdo Rigoberto que doña Cholita, tu madre, te decía que no fueras tan inquieto, esa inquietud aquí en El Salvador la desarrollaste, y un día de tantos dijiste ¡aquí estoy presente, apóyenme, que voy a desaparecer al tirano Somoza!
Lo pensamos, hicimos varios sondeos y verificamos lo que Rigoberto se proponía, ni cortos ni perezosos, hilvanamos muchas posibilidades para poder reunir dinero dentro y fuera de El Salvador.
Los opositores en Nicaragua se rajaron, no quisieron aportar nada. ¡Y así fue un calvario, pero por fin, muchos hermanos salvadoreños nos ayudaron para seguir el rumbo trazado.
Fue una odisea la que se vivió. Colectas de compañeros en México, César Pasos Alvarez, Manuel Gómez Flores, El Director de la Voz de Nicaragua “Cubano” Cancio Peña, Lic. Juan José Meza, Ing. Virgilio Godoy, Edelberto Torre, Alberto Gómez Reyes, unos vivos otros fallecidos y yo que monetariamente aporté, porque algo se tenía que hacer, y no iba a dejar el barco a la deriva.
Era algo imperioso que siguiera su rumbo hasta llegar a puerto seguro. Lo que se había trazado nuestro compañero Rigoberto, era terminar con el oprobio y el destierro al que nos tenía sometido el dictador Somoza García.
Por fin llegó la hora un 21 de Septiembre de 1956, que hizo que el cielo se pusiera limpio con un azul nítido, porque Rigoberto López Pérez cumplió su cometido: desaparecer la nube negra de Anastasio Somoza.
¡RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ! Hoy te recordamos, en tus 54 años de fallecido y ¡Que tu sacrificio sirva para regar las flores de la Patria del Gral. de hombres Libres Augusto César Sandino y del bardo Rubén Darío. ¡Dios te bendiga!
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