Wilfredo Rubio Reyes.04 de Septiembre. Tomado de Diario Co Latino.
La primera gran lección es la alta vulnerabilidad de la economía a los impactos externos: reducción de remesas, caída de la exportaciones y el del financiamiento externo.
La caída de la demanda agregada ha llevado a la economía a una crisis recesiva que todavía no logra salir: ha dejado impacto principalmente en la gente: Pérdida de producción (-3.5 % para el año 2009) , empleos destruidos (más de 40,000), incremento en los niveles de pobreza e indigencia, familias endeudada, casas y propiedades hipotecadas con amenazas de embargo, empresas cerradas, bancos con altos niveles de morosidad, dificultades para empresas y familias de acceder a nuevos créditos.
Y un estado con sus finanzas públicas deterioradas, alto déficit fiscal e incremento en los niveles de endeudamiento que amenazan su sostenibilidad, si no se mejoran significativamente los ingresos. Este escenario podría también incrementar los niveles de conflictividad social.
Esta crisis también ha dejado un gran debate sobre la validez de los fundamentos teóricos del modelo basado en la eficiencia de los mercados y la negación de la participación del Estado en la actividad económica, catalogándolo como ineficaz y nociva. ( EL Neo liberalismo). Y ha dejado en claro la necesidad de la participación del Estado en el proceso de desarrollo, mediante la aplicación de la política económica, lleve el país al del crecimiento y al desarrollo económico; es decir, se requiere de un Estado asuma la responsabilidad de planificar y coordinar la promoción del desarrollo, de la productividad y empleo y no solamente como regulador o un simple compensador social de los mal llamados rezagos sociales.
Eso es lo que demuestra la historia económica de los países exitosos inclusive de aquellos que nos los han vendido como éxitos del mercado. Chile, calificado con frecuencia de paraíso de libre mercado, el Estado ha desempeñado un papel decisivo en el desarrollo de todas las nuevas exportaciones importantes que produce el país. Las uvas chilenas se introdujeron a los mercados mundiales gracias a actividades de investigación que contaban con financiación pública subvencionada, la producción maderera contaron con fuertes subvenciones otorgadas por no otro que Augusto Pinochet y la industria del salmón que tanto éxito ha tenido, es una creación de la Fundación Chile, fondo de capital de riesgo casi público.
Los Estados Unidos deben gran parte de sus proezas innovadoras al apoyo gubernamental. Los contratos de defensa del Departamento de Defensa de los EE.UU.. Desempeñaron un papel decisivo en la aceleración de Silicon Valley. En sus primeros tiempos La red Internet, posiblemente la innovación más importante de nuestro tiempo fue consecuencia de un proyecto del Departamento Defensa iniciado en 1969. EE.UU. Es el mayor capitalista de riesgo en el mundo tan solo el Departamento de Energía de los EE.UU. se propone gastar 40,000 millones en préstamos y subvenciones para desarrollar tecnologías verdes, como por ejemplo coches eléctricos, nuevas baterías, turbinas eólicas y paneles solares. Lo mismo ha sido con el desarrollo de la industria aeronáutica del Brasil.
Se hace necesario “repensar el desarrollo”. Atrás han quedado las recetas del CONSENSO DE WASHINGTON (Privatización, disciplina fiscal, priorizar el gasto público, liberalización de las tasas de interés, desregulación, liberalización del comercio internacional, liberalización de la entrada de inversión extranjera, garantía de derechos de propiedad ) donde El Salvador ha sido puesto como ejemplo en foros a nivel mundial y en artículos de opinión, como el país que mejor puso en práctica dichas recomendaciones y al final el que obtuvo uno de los peores resultados en materia económica y social, reflejados en los niveles de producción y empleo.
Otro de los aspectos que mostró, es lo peligroso y hasta temerario que un gobierno, sin consultar con sus ciudadanos como el caso de El Salvador, RENUNCIE AL USO DE SU POLITICA MONETARIA y CAMBIARIA. Al dolarizar la economía se dejó al país sin la capacidad de responder con flexibilidad ante los shocks internos y externos, financiamiento del déficit fiscal, incidir sobre la tasa de interés, el crédito, la oferta monetaria y otros instrumentos de política económica necesarios para impulsar el crecimiento, el empleo, mejorar su competitividad y corregir desequilibrios externos.
Cuando se dolarizó el gobierno negó la posibilidad de tomar acciones no correctas, como imprimir demasiado papel moneda, pero también se privaron de responder con flexibilidad ante los acontecimientos. Cuando la crisis golpea el gobierno debe de ser capaz de actuar, eso es lo que olvidaron los fundamentalista del mercado y es lo que la población debe de recordarles.
El cambio oficial de moneda, no puede verse como una simple reforma técnica o administrativa, el cambio implicó una profunda reforma del Estado Nación, no solo fue monetaria, también incluye aspectos fiscales y laborales. Cedió autonomía y soberanía a una institución extranjera. Esta situación ha llevado a que el estado salvadoreño no juegue papel alguno en la determinación de los niveles y tasas de movimiento del circulante monetario en la economía nacional. Ante la crisis el estado simplemente, se ha dedicado desesperadamente a buscar nuevos préstamos y donaciones.
En esas condiciones, sin aplicación de la política monetaria, cambiaria y crediticia, con una finanzas públicas deterioradas, ningún país puede pretender desarrollarse con al menos un mínimo de independencia. Ningún proyecto de nación puede sostenerse sin la presencia de instituciones estatales como el BCR, que le permita realizar su política monetaria.
De otra manera la economía sujeta a la hegemonía absoluta de mercado, donde el Estado es un espectador como en nuestro caso, lo único que se genera son desigualdades e injusticias que impiden que los más débiles nunca obtengan beneficios y vivan toda su vida sin poder decidir su futuro.
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