Hay que dar clases a los infantes de convivencia social y apartarlos del individualismo extremo, sin coartar las libertades individuales
20 de Septiembre. Tomado de Contra Punto.
SAN SALVADOR
– Mucho se le ha dedicado en los últimos momentos al tema de la represión contra el pandillerismo para tratar te poner fin al fenómeno cada vez más violento de las maras.Y decimos en los últimos tiempos, nos estamos refiriendo al gobierno de izquierda encabezado por Mauricio Funes y el FMLN, porque a decir verdad, en los años anteriores la prevención de la violencia social y delincuencial era tildada en los gobiernos conservadores de ARENA como una especie de “mala palabra”.
La prevención debe ser una Política de Estado, en la que se construyan instituciones fuertes, tanto en personal como presupuesto y se diseñen políticas públicas para prevenir la violencia social y delincuencial, para que los menores y jóvenes sancionados por cometer delitos tengan la oportunidad de rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad.
La prevención será un proceso que debe nacer casi de cero; en los pasados gobiernos se llegó a hablar de guerra contra las pandillas, cuando en realidad lo que se ofrecía era guerra a los jóvenes y más exclusión para los pobres, mientras proliferaba la corrupción y el desfalco al Estado por los sectores que han vivido muy holgadamente del sistema de privilegios.
El gobierno de Funes prometió y de hecho está haciendo una labor mucho más inclusiva, pero la política de prevención no puede esperar más. Ha prometido la elaboración de una Ley de Prevención que pronto será enviada al Parlamento para que comience a ser estudiada y debatida por los diputados.
Ojalá que este debate no sólo sea entre diputados, sino que se tomen en cuenta a todos los sectores que han trabajado en la prevención de la violencia porque seguramente tienen muchas cosas que aportar.
Hay que dar clases a los infantes de convivencia social y apartarlos del individualismo extremo, sin coartar las libertades individuales; hay que implementar una política de paz y tolerancia; las cárceles deben convertirse en granjas de trabajo y en escuelas… A los corruptos que se beneficien del dinero público hay que meterlos presos, así como a los abusadores y acosadores. Eso convertirá a El Salvador en un mejor país, no cabe duda, pero en la prevención comencemos ya.
¿Y la prevención cuándo? - Noticias de El Salvador - ContraPunto
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