EDH-15 de Septiembre

 Juan A. Valiente.15 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Celebramos este día nuestra independencia nacional. Normalmente no hacemos una remembranza justa de qué y por qué pasó, y de quiénes lideraron el proceso. Orgullosos cantamos nuestro himno. Muchos asisten a los desfiles que todavía serán acompañados de cachiporristas. Nos sentimos salvadoreños y hermanos. Nos sentimos unidos a un destino común, vinculados a un mismo sueño como lo dice el Himno Nacional: "Y con fe inquebrantable el camino del progreso se afana en seguir, por llenar su grandioso destino conquistarse un feliz porvenir".

Queremos ser testimonio de fe y de apostarle al progreso buscando un feliz porvenir para todos. Nuestras reacciones ante los eventos de la semana pasada dan cuenta de ese espíritu. Los testimonios de los extranjeros cuando llegan por primera vez a esta tierra encuentran almas cálidas, miradas a los ojos y manos abiertas. Esa es herencia que debemos proteger.

Y por ello es importante reflexionar sobre cómo llegamos a este día en este año. La democracia se ha profundizado con la alternancia en el poder, no sólo por haber fortalecido la institucionalidad, sino porque ha permitido que los partidos políticos se renueven y busquen ser mejores. El cambio tan anunciado por el Presidente Funes comenzó con su misma llegada. Intervenciones magistrales como en el caso de la elección de nuevos miembros de la CSJ han derivado en sentencias históricas. Hay programas alentadores como los subsidios directos a familias pobres y ancianos, los incipientes resultados de la política de seguridad y la introducción de tecnología para generar transparencia y eficiencia.

Ha habido desaciertos. La composición del gabinete no respetó la apuesta por la meritocracia y todavía confunde que el Presidente prefiera andar enmendando la plana que poner mejores funcionarios. Hay programas populistas como los uniformes y zapatos que no ayudan a mejorar la calidad educativa. Hay mensajes contradictorios sobre lo fiscal, sobre el respeto a las reglas del juego, sobre las sentencias de la CSJ.

En el ambiente político se cierra la lucha por las preferencias. El Presidente sigue gozando de una amplia aceptación, aunque un importante 40% comienza a opinar que no está cumpliendo sus promesas. Al parecer el juego de distanciarse del FMLN le sigue funcionando, así como sus discursos donde argumenta que no le dejan gobernar. Continúa el juego mediático del que lucha solo y es perseguido o chantajeado. El FMLN continuará perdiendo puntos, mientras no deje que los genuinos liderazgos de la izquierda democrática lleguen a la dirigencia.

Y entonces uno se pregunta en esta independencia si este gobierno logrará dejar algo valioso por herencia que no pase de los formalismos. De momento no se sabe. Tanta potencialidad, tanta gente valiosa en el gobierno, pero tan poco fruto. Quedan un poco menos de cuatro años, pero tomando en cuenta los períodos electorales, posiblemente tienen un par de años para lograr algo diferente. Es ahora o no será. No hay tiempo que perder y el país necesita a sus mejores hombres y mujeres en el servicio público. Debiera heredar al menos un país más justo, más equitativo, reconciliado, con una visión unificada de futuro y con mayor desarrollo humano.

En la última asamblea general de Fusades uno de sus miembros compartió una anécdota de cuando en los años 70 trataba de decidir si debía quedarse en el país o emigrar. Le consultó a Pedro Geoffroy Rivas, connotado poeta y lingüista de izquierda, quien le motivó a continuar trabajando duro en el país, porque los políticos ya llevaban más de 60 años queriéndose acabar el país, pero por la protección divina de algún santo siempre salía adelante El Salvador.

¿Cómo mantener la esperanza cuando estamos confundidos por el actuar del gobierno y amedrentados por la violencia cotidiana? El pueblo ha dicho que con el trabajo y nuestra vida sin desfallecer, al igual que nuestro himno incita: "Y juremos la vida animosos, sin descanso a su bien consagrar".

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