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2010/09/07

EDH-Editorial-Aparecen en Venezuela las cartas de racionamiento

Los racionamientos van apareados a los controles de precios, otra enorme roca en la que muchos pueblos vienen tropezándose desde hace milenios. Los hubo en Babilonia y los hubo en Roma

    07 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

E l hombre, se dice, es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, o más bien muchos hombres que actúan como animales se las pasan cometiendo los mismos errores además de no aprender de la experiencia ajena.

El esclarecido régimen del comandante Hugo Chávez Frías, sol de sabiduría que ilumina el universo, aristócrata del intelecto, paradigma de la distinción y la elegancia, está introduciendo los racionamientos a través de tarjetas que él llama "cédulas del buen vivir", similares a las impuestas por el régimen cubano a sus desdichados súbditos. Tarjetas las hubo hasta en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, no digamos en Francia y Alemania en esos terribles años. Y fueron terribles no sólo por la espantosa conflagración y los odios socialistas (nazis, comunistas y fascistas) sino por los racionamientos que agravaban la escasez de todo.

Carter, cuyas decisiones políticas propiciaron la muerte de millones de personas, estuvo a punto de racionar la gasolina, intento que terminó dando al traste con su presidencia.

Los racionamientos van apareados a los controles de precios, otra enorme roca en la que muchos pueblos vienen tropezándose desde hace milenios. Los hubo en Babilonia y los hubo en Roma en la época del emperador Diocleciano, que estableció penas horribles a los que violaran los precios oficiales, incluyendo la crucifixión y el fuego. Los controles se vinieron abajo y abajo se vino también el imperio, que cayó en manos de Constantino y los cristianos.

Fijaban los precios y metían contrabando

Las tarjetas de racionamiento supuestamente corrigen los desajustes y la falta de todo, que a su vez son resultado de las ocurrencias económicas de Chávez. Al caerle encima a los productores de alimentos, a las cadenas de supermercados, a los negocios, a los ahorros, es inevitable que se afecte en forma negativa la producción, que haya menos de todo y que al escasear los bienes, en especial los alimentos, se van al racionamiento en lugar de revertir sus torpezas.

Las "tarjetas" no suelen ser eso, sino libritos con cupones: al comprar azúcar, se entrega uno o varios cupones; además de los precios en dinero hay "precios" en cupones. Y además de los cupones hay que hacer cola, estar en fila por horas y horas pues eso "calma" a la población, es una terapia para suprimir inquietudes y fortalecer la lealtad al gran hermano, al camarada Fidel o Hugo. Y cuando alguien se inquieta y protesta, le quitan los cupones, forzándolo a depender de los mendrugos que otros le pasen.

Eso cuando tiene suerte, pues otra forma de acabar con los disidentes, con los lenguones, es condenarlos a veinte o treinta años de prisión, como por cierto están pensando algunos hacer con los periodistas y con la gente que opine, critique, señale y censure en este El Salvador.

En Venezuela hay mordaza y pronto habrá racionamientos, según informan los que no logran ver la divinidad del comandante Hugo.

El racionamiento es casi una consecuencia de lo que pasa en un país cuya economía comienza a colapsar. Durante el primer gobierno de izquierda en El Salvador, en los Años Ochenta, no hubo racionamiento pero sí hubo controles de precios, se conseguía muy poco al precio oficial y bastante en el mercado libre, pues los racionadores eran los que metían el contrabando. Con la mano izquierda cerraban el chorro y con la otra mano abrían un segundo chorro escondido.

elsalvador.com :.: Aparecen en Venezuela las cartas de racionamiento

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