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2010/09/14

EDH-Editorial-Retomemos los ideales de la gesta libertaria

 Todo pasa menos los mandamientos morales y los principios que sustentan nuestra civilización, lo que con pensamiento, sacrificios, luchas y fervor se ha venido construyendo a lo largo de milenios

15 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

 

uince de Septiembre, día de la Patria, día de la Libertad, día para reiterar nuestra devoción por los ideales y los principios que inspiraron la gesta de los próceres.

La gesta de los próceres fue contra el absolutismo de Fernando VII, cuyo reinado intentó retornar a las más oscuras formas de control humano, que se habían derrumbado con la Independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa.

A lo largo y ancho del Hemisferio, los pueblos americanos abrazaron el espíritu de los nuevos tiempos, el soplo divino de la libertad. En este 2010 se cumplen doscientos años de la independencia de Argentina, de Chile y de México.

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que inspiró la promulgación de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en Francia, reconoce que hay libertades y derechos fundamentales que están por encima de toda ley escrita, de toda legislatura.

No se puede renunciar a la libertad ni renunciar a la lucha contra la opresión. Los hombres son iguales ante la ley y libres para buscar su felicidad, escoger sus caminos.

La propiedad es un derecho inviolable y sagrado. Nadie puede ser privado de ella, se reconoció en aquel entonces, excepto cuando la necesidad pública, legalmente constatada, lo exige con evidencia y condicionado a dar una indemnización previa y justa.

En sus declaraciones a "El País", de Madrid, el presidente Funes dijo que los "grupos pudientes" tienen que apostar por su gobierno para sobrevivir. La referencia es a los productores, los que han arriesgado su capital, sus ideas, su inteligencia y su trabajo para crear empleo y generar riqueza. No hay obra, realización, entidad o programa de significado en esta tierra, que no sea fruto del esfuerzo de los productores privados, los que además suministran alimentos, servicios y bienes esenciales a la población, o sostienen iniciativas de gobierno con sus tributos.

No hay nuevas formas de ser honesto

Pero la apuesta no será por un gobierno o inclusive por una circunstancia política, pues todo pasa, como han pasado presidencias, movimientos políticos, triunfos y tragedias.

Todo pasa menos los mandamientos morales y los principios que sustentan nuestra civilización, lo que con pensamiento, sacrificios, luchas y fervor se ha venido construyendo a lo largo de milenios.

En nuestra Patria tanto el gobierno, todos los gobiernos, al igual que los buenos salvadoreños --los que trabajan, piensan, hacen cosas, luchan y sueñan— tenemos que renovar nuestra adhesión a los ideales que inspiraron a nuestros próceres. Esos ideales y esos principios, lo que tenemos en común con las grandes democracias, deben guiar nuestros pasos y también orientar a nuestros gobernantes, a los servidores de la gente.

No hay justicias que inventar, no hay nuevos parámetros para determinar lo que es honesto, no vamos a redefinir lo que es un bueno, honrado y sensato gobierno.

La Constitución de la República, al igual que los derechos y libertades de la persona que están sobre ella --derechos irrenunciables e inviolables-- fija los límites de lo que los gobernantes pueden hacer, como señala lo que los ciudadanos no deben hacer. El que trabaja apegado a la ley, a lo que es honesto y compagina con los usos y costumbres del mundo civilizado, debe contar, como ciudadano, como productor y como persona, con todas las garantías que da la buena ley.

elsalvador.com :.: Retomemos los ideales de la gesta libertaria

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