Miguel Lacayo.11 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.
La economía está estancada, la inversión pública y privada es menor a la histórica, el nivel de deuda pública y el incongruente nivel de gasto no son sostenibles, pero el gobierno actúa como si su intención fuera hundirnos más. No se vislumbra un reenfoque, una autocrítica, y sigue imperando la soberbia. El país urge de un giro de timón que le permita reestablecer el crecimiento económico requerido para evitar un desenlace grave. De lo contrario, no se recaudarán los ingresos necesarios para cubrir el gasto corriente ni para hacer frente al pago de deudas.
El sector productivo no invertirá mientras no recupere la confianza. Los consumidores no van a incrementar sus gastos y van a preferir pagar sus deudas y ahorrar mientras no haya claridad en el rumbo. Dada la incertidumbre y falta de confianza sembrada por este gobierno, ambos grupos están invirtiendo y gastando poco.
Ni los empresarios ni los consumidores son tontos. La gente sabe cuando las cosas no andan bien. ¿Por qué se frena la inversión y el consumo? Hay cuatro hechos recientes que presento a continuación a manera de receta para la desconfianza; son hechos que le paran los pelos al sector productivo, estimulan la prudencia en el consumo a los ciudadanos, y frenan la economía.
1- El Ministerio de Trabajo, en los últimos 12 meses, ha establecido 98 sindicatos, un récord histórico, algo nunca visto. La mitad de ellos en el gobierno y el resto en el sector privado. A pesar de que nuestra ley permite la libre asociación sindical, también muchos empresarios pueden ejercer su libertad empresarial y cerrar sus empresas si no desean trabajar mano a mano con un sindicato, más cuando estos ahora tiene fines políticos. Pregunte usted a un inversionista internacional si prefiere trabajar con o sin sindicato, en un país adonde la política de estado se enfoca en la creación de sindicatos o adonde se impulsa la armonía laboral, adonde se promueve la flexibilidad en los horarios o adonde se bloquean 12,000 empleos porque la ideología es más importante que el bienestar.
2- El FMLN dio otro paso hacia una estructura autoritaria, al estilo de los partidos comunistas Leninistas al excluir de su padrón a todo aquel que no es radical y sumiso a los dueños actuales del partido, convirtiéndolo en un partido absolutamente vertical, sin apertura intelectual, y abnegado en lograr el control total del estado. Dado el fallo de la CSJ que obliga a elecciones con listas abiertas en las que los diputados podrán ser electos por nombre y en el orden de preferencia que los ciudadanos elijan, la dirigencia del FMLN se está asegurando que todo candidato sea totalmente sumiso a la voluntad de ellos. El resultado será un FMLN más radical y más aferrado a llevar al país a un modelo Chavista.
3- Ante el fallo de la CSJ que prohibe que se trasladen fondos a Casa Presidencial sin la previa aprobación de la Asamblea Legislativa, el Presidente Funes dijo "no es intención de este presidente discutir o criticar una decisión de un órgano independiente de la República [la CSJ]", pero es exactamente lo que él y sus funcionarios han estado haciendo, cuestionando el fallo. Que prefiere ser "auditado por el pueblo". ¿Adonde está este tipo de auditoria tipificado en nuestra Constitución? ¿Puede doña Tenchis acaso "auditar al presidente"? El mismo FMLN está de acuerdo con el fallo que abona a la transparencia; se oponían a este tipo de trasferencias desde que estas se comenzaron a dar en gobiernos de ARENA. Que el Presidente cuestione a la CSJ y acuse de chantajistas a los diputados destruye la confianza en su persona y su gobierno.
4- La impuesta reforma fiscal de 2009, no solo subió los impuestos en el peor momento, también sembró temor sobre el mal uso que se le puede dar a la declaración patrimonial, y sobre la forma en que nuevos impuestos se pueden imponer, sin su debido contrapeso de transparencia, compromiso a equidad en el gasto, y eficiencia en la gestión del estado. Además, el plan de gobierno establece que la "política fiscal es concebida como un importante instrumento de redistribución de la riqueza nacional" y presenta una brecha de financiamiento para proyectos y programas de $2,500 millones cuya fuente principal sería impuestos. Al final de cuentas, para redistribuir, hay que primero quitarle a los que producen.
El señor presidente ha pedido le tengan confianza a él y a su gobierno. Pero la confianza no se pide, se gana, se construye, y se cultiva con hechos. Hoy por hoy el gobierno del FMLN marcha en dirección opuesta, haciendo y diciendo cosas que abonan a la incertidumbre y a la desconfianza.
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