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2010/09/12

EDH-Rumor y realidad, el paro que afectó al país

Ricardo Chacón.12 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy. 

Algunos estudiosos dicen que el rumor "es una afirmación general que se presenta como verdadera sin que existan los datos concretos que permitan verificar su actitud"; otros más sostienen que se trata de una "declaración destinada a ser creída, que se vincula con la actualidad y se difunde sin verificación oficial".

Sea lo que sea, el rumor no sólo nace sino que crece "en un espacio y estado propicios" para su desarrollo. El rumor de alguna manera es una información parcial de una parte de la realidad; es una afirmación que "adquiere sentido" ante la experiencia, sea esta positiva o negativa de los receptores.

Dicho de otra manera, el rumor es más que una simple afirmación falsa o parcial, su difusión requiere de las condiciones, objetivas y subjetivas, propicias de la población en un momento particular.

Vamos a los hechos: ¿Cuál es la realidad? Criminalidad creciente, desbordada, donde no solamente son asesinados diariamente ocho, diez, doce o quince salvadoreños, sino que la barbarie danza cada vez con más frecuencia y saña: quemar un microbús con sus pasajeros en el interior, desmembrar jóvenes, asesinar niños.

Por otro lado, la impunidad casi total: la mayoría de hechos criminales no son investigados, los pocos que llegan a los juzgados se caen por cuestiones técnicas y los que pagan sus penas lo hacen en cárceles, si bien es cierto con un alto índice de saturación, en condiciones de ocio absoluto, lo que les permite delinquir desde los penales.

El desorden y la falta de cumplimiento de las leyes y normas del "buen vivir", o por lo menos de la "convivencia pacífica" con un espíritu de tolerancia escasean, lo que permite que un matón, con pistola al cinto, asesine a un par de hermanos en las afueras de un restaurante, o en la acera de la vivienda, y todo por el estacionamiento.

En este contexto, las amenazas, reales o falsas de unos mareros, son terreno propicio para su desarrollo; pero no sólo esto, también está la carencia de una autoridad fuerte, decidida, inteligente, capaz de enfrentar las amenazas, que no aparece de manera contundente.

A ello hay que sumarle la debilidad institucional no sólo para garantizar la seguridad de los miles de buseros que guardaron sus unidades, sino también la carencia de fuerza coercitiva (física o moral) para obligar a los motoristas para que trabajaran con normalidad.

Un día antes del paro, mucho antes que algunos medios de comunicación consignaran el rumor, la población ya sabía y estaba temerosa; el martes, cuando no salieron los buses, cuando la población estoicamente comenzó a caminar y desplazarse como podía, hubo dos o tres hechos de violencia "que confirmaron" el rumor y le dieron "certeza". Además, y esto es lo más grave, no hubo suficiente fuerza ni liderazgo en las autoridades de seguridad para enfrentar el problema (mucho menos inteligencia para prevenirla).

El ministro decía que se trataba de un simple rumor que no había que escuchar, el jefe policial que la población no temiera nada; el único que mostró fuerza y decisión fue Defensa, que inmediatamente puso en la calle a dos mil soldados más…

Tres días después aparece el presidente de la República; si bien es cierto el gobernante estaba fuera del país en misión a favor de los inmigrantes, su ausencia se hizo notar.

Todavía más, el curita vocero de las maras leía un comunicado incendiario.

Sin duda alguna estaban dadas las condiciones objetivas y subjetivas para que el rumor se difundiera y que afectara directamente a la población, a la población salvadoreña que sufrió más durante tres días.

elsalvador.com :.: Rumor y realidad, el paro que afectó al país

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