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2010/09/18

La Página-El padre Delgado contra la Iglesia oficial-Diario digital de noticias de El Salvador

 Escrito por Marvin Aguilar.18 de Septiembre. Tomado de La Página.

Los salvadoreños somos extraños, por pereza ignoramos la historia, luego nos aferramos a mentiras que han sido repetidas miles de veces –y aún continúan siendo pronunciadas en los discursos oficiales-  y cuando alguien se atreve a poner en duda la historia oficial, ante la desnudez fatal la reacción es visceral, por eso repetimos errores.

Uno de los pasajes que me gustan de la vida del padre José Matías Delgado es precisamente su enfrentamiento con la iglesia oficial, contra el arzobispo de Guatemala Ramón Casaus de Torre: gran defensor de la monarquía por gracia de Dios y, máximo jerarca católico de la época.

Todo comienza con la imposibilidad del Vaticano de reconocer la independencia de las colonias americanas, el Papa estaba siendo presionado por Fernando VII rey de España para que no reconociera a las nuevas repúblicas, otorgándoles un nuevo obispado independiente, para nuestro caso de Guatemala y por ende del reino español. Guatemala ejercía una acción que rozaba la tiranía con San Salvador y, ya desde 1810 se había planteado la posibilidad de un obispado independiente para la provincia salvadoreña, pero sin resultado positivo.

Con la independencia del 15 de septiembre de 1821, las naciones emergentes asumieron ser por derecho natural las nuevas depositarias del privilegio que el Rey ejercía desde 1508, la cuales le daban la facultad de representación papal, todo en base a la bula vaticana conocida como: Universalis Ecclesiae. Esto dio al rey español una oportunidad de oposición vía religiosa para desconocer las acciones independentistas llevadas a cabo por las colonias en detrimento del poderío del imperio ibérico. Esta posición fue apoyada por las potencias de Austria, Rusia y hasta 1826 Francia; a la base estaba la legitimidad de lo que se llamo La Gran Alianza considerada sagrada en la época de restauración y que en caso de ser violada por el Papa nombrando arzobispos, daría lugar a conculcar la legitimidad del patronato y concordato por parte de España con el Vaticano y colocar en peligroso desequilibrio la estabilidad europea.

Religión y política

Así las cosas: la cuestión religiosa se torno política. Tanto la naciente nación de Estados Unidos como Inglaterra apoyaban a las nuevas repúblicas de la América hispana en su legalidad y justicia de poseer un nuevo obispado separado del antiguo poder colonial. El avance del protestantismo se hacía patente. El Papa estaba por su conservadurismo y miopía histórica en una situación difícil.

Los políticos a instancias y cabildeos del padre Delgado deciden intervenir desde la ley terrenal en los parajes de Dios. El 30 de marzo de 1822 la diputación provincial resuelve erigir la Silla Episcopal de San Salvador en vista de las negativas a ser nombrada y, se designa al padre vicario de la ciudad: José Matías Delgado como el responsable de este obispado. Los diputados de salvadoreños basaban la legitimidad de lo actuado, en que se procedía en la misma manera en que para tales efectos actuaban los reyes católicos de España, para la cual solicita al gobierno Federal de Centroamérica la suplicatoria correspondiente a Su Santidad para que se digne confirmar el acuerdo de la diputación de San Salvador.

Luego vendría una crisis política en nuestro país, que desencadeno un cambio de diputaciones, surgiendo nuevas para el 10 de noviembre de 1822, pero estas ratifican todo lo actuado por las anteriores, incluso en lo que respecta al nombramiento del padre Delgado como nuevo obispo de San Salvador, igual el de mayo de 1824. Ninguno de los decretos tuvo efectos prácticos. Pasarían 40 años para que el conservadurismo papal comprendiera la nueva realidad mundial y reconociera a las nuevos Estados la capacidad jurídica de concordato y, poder de esta manera tener representación vaticana los nuevos países de América.

El raskolnik salvadoreño

Delgado toma posesión por fin del obispado nacional, de esta manera se rompen relaciones religiosas oficiales con la autoridad legal que representaba al Papa cuya sede era Guatemala, el Arzobispo guatemalteco lleva a cabo un lobby en el Senado Federal para que declare nulo todo lo actuado por San Salvador, lográndolo. La lucha entre Delgado y el arzobispo de Guatemala se ganaba de momento a favor del primero, debido a que Casaus de Torre era un hombre conservador, hostil a la independencia, y que tanto en acciones y actitudes había cosechado muchas enemistades; el mencionado decreto nunca sería sancionado por lo tanto quedaría sin ser ley. Finalmente acabaría Casaus de Torre siendo expulsado de Centroamérica.

El padre Delgado llevo a cabo una magna celebración para su entronización; desde Guatemala se hizo publicar el edicto que declaraba nulo todo lo actuado en San Salvador; el congreso del Estado salvadoreño igualmente tomo las providencias para que todo saliera tal y como deseaba el padre Delgado, llegando incluso a decretar la pena de muerte a quienes pretendieran hacer cumplir de alguna manera la anulación que desde Guatemala se había hecho pública.

Y no solo, el país se dividió en los que apoyaban a Delgado y los que apoyaban a la iglesia oficial y, en el Congreso Federal se desató una gran polémica. Delgado obispo de facto nombró nuevos encargados en las ciudades en donde no le eran leales los sacerdotes y, además expulso del país cerca de 40 religiosos, otros por su propia decisión abandonaron El Salvador.

Desde la prensa conservadora cosa extraña en nuestro medio,  se le combatía y atacaba al padre Delgado, este respondía a sus adversarios con igual pasión. En julio de 1824  fray Anselmo Ortíz organizo una sedición contra Delgado, esto dio paso a que el obispo de facto de San Salvador pactara con los enemigos que dentro del clero tenía el arzobispo de Guatemala y, quienes en verdad lo eran, pero a causa de sus vicios e inmoralidad, para Delgado era en aquellos aciagos momentos más importante una onza de lealtad que una libra de integridad.

Existe una carta del Papa León XII que en términos muy duros se dirige a José Matías Delgado, en esta misiva entre otros señalamientos le dice: que la erección del episcopado de San Salvador es ilegitimo y de ningún valor por lo tanto nulos todos los actos hechos y que a futuro hiciere, lo exhorta a separarse del camino de la perdición y enmendar el crimen cometido. Lo acusa de haberse involucrado en política y haber dividido a la iglesia con ello; llama atentado a su te deum como nuevo obispo de San Salvador; igualmente haciendo un símil con el evangelio lo tilda de ladrón; le da un plazo perentorio de 50 días para que renuncie a su pretensión y, que si dentro de los cuales no lo hiciere le caerá la pena de la excomunión por cismático contumaz y vitando. Delgado cede y se retira.

La lucha entre el padre Delgado y la iglesia oficial la veo como una continuación del derecho de la nueva patria: El Salvador a ser independiente tanto en lo político como en la necesidad de construir un Estado laico, secular, en donde Dios y sus iglesias juegan un rol importante, pero donde la Constitución y las leyes que rigen el contrato social están por encima de las interpretaciones bíblicas o, lo que es peor los caprichos de los prelados o pastores.

Diario digital de noticias de El Salvador

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