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2010/09/13

LPG-Barriles, paro y temor colectivo, reflexiones

 “La semana pasada deja reflexiones, no podemos con la criminalidad sin apartar la polarización, una tregua larga. Los barriles son parte de una operación más grande que va detrás de carteles, dueños, ex funcionarios, funcionarios, organizaciones...”

Escrito por Rafael Castellanos.14 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica. 

La situación que vivimos la semana anterior merece mucho análisis y reflexión, unas cuantas decenas de pandilleros sembraron el terror y la incertidumbre por 72 horas en el país, logrando un paro de transporte vía amenaza de quema y asesinatos, y matar a personas, funcionarios y periodistas que no se alinearan. Los paros de buses fueron usados extensamente por la guerrilla durante la guerra y se sabe el desorden que provocan.

La situación caótica mostró cuán frágil es nuestra institucionalidad y lo complicado de solventar los grandes problemas, si no es juntos, lo que no permite la polarización que fomenta divisiones entre los que queremos vivir normalmente. Dejemos a un lado el trillado “estuvieron 20 años y todo es su culpa”, y “el gobierno no hace nada” y trabajemos en seguridad en una especie de tregua larga.

Complica la situación que el gobierno tenga dos tendencias con diferente visión, el presidente Funes se distancia claramente del proyecto del FMLN y seguramente puede aglutinar para este tema a la mayoría del país, incluyendo la derecha política y empresarial, que no son sus enemigos. El partido y su cúpula no, entonces caemos en la trampa sin salida, si el presidente trabaja con la derecha, el partido lo demoniza y los aportes de la derecha por buenos o bien intencionados que sean se descalifican a priori como táctica electoral.

La derecha y el país en general ve con recelo o al menos desaprobación el trabajo de las autoridades de seguridad y el organismo de inteligencia del estado, que tiene deficiencias notables, pero no se puede criticar constructivamente, sin despertar reacciones viscerales.

¿Cómo se rompe esa dinámica perversa? Si no encontramos la forma, estamos fritos.

El hallazgo de barriles con millones de dólares nos indica que el narco está más metido en las entrañas de la sociedad y del estado de lo que creemos, asusta. Si de algo no se sale, es cuando el narcotráfico y el crimen organizado penetran irremediablemente el estado.

La narcoactividad y el crimen organizado actúan en todas las sociedades, creando “maniobras de distracción”, una táctica que consiste en agitar temas delicados para desviar la atención.

La paranoia creada esta semana nos deja varias reflexiones, primero, pueden haber sido maniobras de distracción de diversas procedencias, del narco y crimen organizado, de pandilleros, algunos acreditan a la izquierda que empuja siglo XXI.

Los narcos posiblemente contribuyeron a la cortina de humo, para minimizar mediáticamente esa operación grande que se ve detrás, los “sapos” (informantes) cantaron con precisión la ubicación del tesoro, detrás del mismo van los carteles objeto de esta operación, los dueños, las organizaciones, las rutas, las casas de seguridad, los alijos, los funcionarios y ex funcionarios de alto y bajo nivel que probablemente están involucrados. Esta vez la DEA está detrás, pisándoles los talones, así fue en Colombia, México y Guatemala.

La segunda reflexión es que somos vulnerables por la debilidad institucional y que si no encontramos la forma de trabajar juntos, todos nos vamos al abismo.

La tercera es que la población no confía en que la policía pueda protegerlos, pero sí confía en el ejército, nada nuevo. Aquí hay subtemas complicados, el presidente debe encontrar la forma de que la policía logre confianza en la población. Es complejo, pero es de la mayor necesidad nacional.

Hay un peligro en el desgaste de la Fuerza Armada peleando una batalla para la que no está entrenada ni es su misión. Colin Powell dijo que para entrar en una guerra debían cumplirse tres premisas: “1) Definir claramente qué es la victoria. 2) Tener una fuerza arrolladoramente superior al enemigo y 3) Tener una estrategia clara de salida”. De lo contrario es aconsejable no pelearla. Está claro que no se cumplen al menos dos de esas premisas para el ejército, no se puede definir claramente qué sería una victoria y no hay una estrategia clara de salida.

La cuarta lección es que el pueblo salvadoreño es indómito y solo quiere trabajar, que lo dejen en paz. Ya lo demostró ampliamente en la guerra, ahora en este paro espurio lo demuestra de nuevo. ¿No merece algo mejor este pueblo valiente? Por supuesto que sí. ¿Cómo lo logra? Hay varias avenidas, que pasan por trabajar en equipo, ¿iniciamos por allí?

No está claro cómo se resuelve la unidad nacional ante la realidad de un gobierno dual, en que el presidente Funes puede recibir el apoyo de todos, pero los duros del partido, que tienen otro proyecto que adversa la mayoría, ni lo permiten, ni pueden solos.

Barriles, paro y temor colectivo, reflexiones

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