LPG-Callando la información

 Escrito por Jaime Ramírez Ortega.10 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.

Hace aproximadamente seis meses vimos por los medios de comunicación un hecho brutal de cómo Jonathan D. le quitaba la vida sin misericordia a un joven estudiante del INFRAMEN, que tenía muchos sueños de sacar adelante a su madre, de conseguir una mejor vivienda y de ser un futuro profesional, pero nunca se imaginó que ese día se enfrentaría con la muerte, por parte de una persona que creció con odio en su corazón, porque le enseñaron a perseguir y matar aquellos que no son de su instituto y como si esto no fuere suficiente vemos cómo este menor se mofa ondeando la camiseta de la víctima como trofeo.

La pregunta que surge, ¿cuándo parará esta violencia? Ciertamente, este es el valor de la vida que han impuesto las pandillas, el crimen organizado y el narcotráfico, secuestrando la seguridad, la convivencia pacífica y la paz, y poniendo temor por medio de los toques de queda, paralizando la economía y socavando los ingresos de los trabajadores honrados que queremos una mejor nación libre de violencia, saliendo cada mañana de nuestros hogares con mucha incertidumbre sin saber si volveremos nuevamente para poder abrazar a nuestros hijos.

Sin embargo surgen muchas dudas de cómo se sigue manejando nuestro sistema de justicia. Hemos visto el desarrollo del proceso en los respectivos juzgados del caso de Jonathan D. y cómo se le ha tratado por medio de los juzgadores y hasta cierto punto han sido muy condescendientes con él, como si se tratara de alguien que se ha robado una cartera o una caja de colores, dando poco valor a las pruebas que valientemente tomó un fotoperiodista de LA PRENSA GRÁFICA, que estaba en el momento en que se perpetraba el hecho delictivo, y como lo dice el art. 25 inc. 3, de LDMI, las personas que intervengan durante el procedimiento de menores deberán guardar reserva y discreción acerca de la investigación y tareas que realicen.

Analizando la sentencia donde se sanciona a LA PRENSA GRÁFICA, observamos que existen vacíos de interpretación a la norma, de manera que si se aplica el método de interpretación teleológico el cual busca el fin de la norma, definiríamos conforme a la doctrina que la palabra Persona se refiere al género Humano sin importar su sexo, raza o condición o estirpe, por consiguiente cómo se le puede imponer una sanción a un ente jurídico que es completamente ficticio, y que no está expresamente contemplado en la norma. ¿Acaso el aplicador de justicia puede inferir lo que no está expreso en la norma?

Bajo otro ángulo dice el art. 26 de LDMI que la mayoría de edad de un menor se comprueba con la certificación de partida de nacimiento. ¿Entonces el fotoperiodista antes de hacer las tomas le tenía que decir al delincuente “disculpe... puede parar un momento el asesinato de este joven, para mostrarme su certificación de nacimiento, con el fin de asegurarme si puedo o no documentar esta noticia conforme a la ley?

Entonces, queda claro que el único interés que tiene LA PRENSA GRÁFICA es de informar a la sociedad salvadoreña y que fue en esa búsqueda que la sancionaron, pero no se destacó o felicitó por las fotos aportadas en el proceso que sirvieron para juzgar y condenar al menor infractor y perseguir judicialmente a su cómplice. En conclusión aquí vemos que en este país se sanciona al que aporta y se trata con guante de seda al que comete un hecho delictivo.

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