El FMLN logró entusiasmar a cerca de medio millón de personas que nunca habían votado por dicho partido político al lanzar la candidatura de Mauricio Funes y proponer un cambio para el país. Mauricio Funes había sido un entrevistador de televisión que criticaba fuertemente a los gobiernos de ARENA y se había ganado el respeto por estar en contra de la corrupción y una serie de prácticas poco éticas del gobierno de Antonio Saca, entre otras cosas.
Escrito por Luis Membreño. 08 de Septiembre. Tomado de La Prensa Gráfica.
Una de las grandes críticas que mantuvimos varias personas durante la administración Saca fue la falta de transparencia en las cuentas del Estado, la corrupción en casos como los de obras públicas y el uso de los artículos 2 y 6 de la Ley de Presupuesto para hacer llegar grandes cantidades de recursos financieros a Casa Presidencial, que luego fueron utilizados para beneficio personal del presidente y su grupo de allegados y para corromper al sistema político salvadoreño.
El cambio que todos esperábamos del gobierno de Mauricio Funes era que creyeran en la transparencia y que la practicaran permanentemente; que combatieran fuertemente la corrupción del gobierno de Saca y que impidieran la corrupción de los funcionarios del nuevo gobierno; que eliminaran todos los focos de corrupción comenzando por las transferencias de la partida 10 del Ministerio de Hacienda hacia Casa Presidencial y que no siguieran con las prácticas del gobierno de Saca de utilizar esos fondos para beneficio personal y de sus allegados y para mantener un sistema político corrupto y en decadencia.
En lugar de hacer los cambios por convicción democrática y de forma voluntaria el presidente Funes mantuvo la transferencia de recursos de la cuenta 10 hacia Casa Presidencial por medio de la cual se han hecho llegar una cantidad indeterminada de recursos de Hacienda a la Presidencia de la República y cuyo destino no conocemos y muy probablemente nunca conoceremos.
En lugar de crear una Ley de Transparencia y de Acceso a la Información Pública, el presidente Funes y sus más cercanos colaboradores se han dado a la tarea de boicotear la creación de una ley que había sido consensuada entre muchísimos actores políticos y de la sociedad civil.
Sin deseos de entrar en el campo de la especulación sobre la relación del presidente Funes con el ex presidente Saca y GANA, sin deseos de especular sobre cómo se está financiando el Movimiento de Amigos por el Cambio que creó el presidente y sus más cercanos allegados, y sin información para saber el monto de lo que se transfirió en los últimos 15 meses de dinero de Hacienda a la Presidencia, solo nos queda resaltar nuestra extrañeza de la falta de coherencia entre lo que se criticó, y el cambio que se prometió durante la campaña política y la realidad que se ha vivido hasta este día.
Decepciona ver al presidente quejándose de cómo la resolución de inconstitucionalidad de los artículos 2 y 6 de la Ley del Presupuesto, que valientemente emitió la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), va a afectar la operatividad de su gobierno. Decepciona ver a un gobierno con tan poca imaginación, capacidad de gestión y creatividad, que ahora cree que no va a poder cumplir con sus obligaciones porque ya no va a poder seguir con las prácticas antiéticas, inconstitucionales y nada transparentes que copió del gobierno de Saca.
La CSJ merece todo nuestro respeto, admiración y apoyo por hacer respetar la Constitución de la República y por su gran aporte a la democracia y a la rendición de cuentas de los políticos con esta y la resolución sobre las candidaturas independientes. El presidente Funes debería de haber sido el primero en felicitar a los magistrados, por hacer lo que él debería de haber hecho por voluntad propia y desde que tomó posesión.
La democracia se desarrolla cuando hay un balance de poderes que se logra al tener a los tres poderes del Estado trabajando con independencia, respetando la jurisdicción y las acciones de cada uno, y cuando se antepone el bien del país a los intereses personales y partidarios.
Hoy nuestra democracia ha ganado, El Salvador ha ganado y se inicia el cambio verdadero que trae esperanzas que va a reducir la impunidad, la corrupción, la falta de transparencia y que va a haber más límites al poder para evitar el efecto de lo que decía Lord Acton: “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
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