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2010/09/13

:: OBSERVADOR POLÍTICO - La entrevista del Presidente en El País-www.elsalvador.com :: El riesgo de Latinoamérica

 Manuel Hinds.14 de Septiembre. Tomado de El Diario de Hoy.

Conforme va entrando el siglo XXI se va volviendo obvia la obsolescencia de las ideologías marxistas que pretenden que el ser humano sólo puede alcanzar el progreso económico y social si rechaza la libertad con la que nació para entregarse a la dictadura de tiranos como Fidel Castro y Hugo Chávez.

Los fracasos de esta manera de pensar han sido tales y tan generalizados que los líderes del socialismo mismo han ido reconociendo que no tiene futuro. Así sucedió en la ahora difunta Unión Soviética y en China. El turno le llegó la semana pasada a Fidel Castro, quien también reconoció lo obvio: que el modelo cubano no se puede exportar porque no funciona ni siquiera en Cuba.

Hablándole al FMLN en una entrevista publicada en el prestigioso periódico español El País, el presidente Mauricio Funes sumó su voz a la estos líderes. Abordó el tema criticando primero a la derecha por creer que su gobierno es del FMLN, diciendo que: “…siguen empecinados en que esto es un Gobierno del FMLN que representa los intereses y la visión de un grupo radical que quiere aparejar al país al modelo cubano o al venezolano...”

En este momento, quizás recordando que el presidente no sólo es miembro del FMLN sino que también fue electo como candidato de ese partido, y que tiene un gabinete totalmente controlado por el FMLN en lo político y lo social, el periodista le dijo, “Bueno, presidente, algo de eso sí hay…” A esto el presidente contestó:

“No me cabe ninguna duda de que el FMLN tiene un proyecto claro. Y este proyecto está más alineado a un sistema económico y social como el de Venezuela y Cuba que al que las circunstancias nos permiten construir en El Salvador. Me parece una apuesta equivocada. Lo que tenemos que hacer en El Salvador es que las instituciones y la democracia funcionen apostando por el respeto al estado de derecho, el fortalecimiento del tejido institucional y la construcción de un modelo económico que busque redistribuir el ingreso sin afectar las posibilidades de existencia de un grupo empresarial suficientemente dinámico para que pueda generar riqueza. Eso es lo que no alcanza a ver el liderazgo del FMLN. Que lo que se construye en las sociedades no es lo que se desea sino lo que es posible. El FMLN sigue empecinado en construir el socialismo del siglo XXI, que podrá funcionar -si es que ha funcionado- en Venezuela, pero no necesariamente tiene que funcionar en El Salvador. Nos tenemos que apartar de alineamientos ideológicos que no nos permiten resolver los problemas del país.”

Esta declaración es histórica. Con ella, el presidente del gobierno del FMLN declaró el fin del comunismo, ideología de la élite política del FMLN, como opción para el desarrollo del país. Si el FMLN aceptara la realidad que el presidente les hizo ver, el largo conflicto por la supervivencia de la democracia llegaría a su fin en el país, abriéndose una nueva etapa de diversidad en la unidad del compromiso con la democracia y la libertad.

El presidente Funes podría pasar a la historia si esto sucediera. Hay tres dimensiones en las que es necesario avanzar para que esto se vuelva una realidad. Una es que el presidente mismo estructure su gobierno consecuentemente con sus palabras-que quedarían vacías si el gobierno sigue estando controlado por ministros y funcionarios que siguen trabajando para la instauración del Socialismo del Siglo XXI, no de palabra, pero sí de hecho.

La segunda es que el presidente mismo debe distinguir la defensa de la democracia de la defensa de las acciones de su gobierno. De la manera en la que habló en la entrevista de El País pareciera que quiso decir que sólo él y su gobierno tienen la legitimidad para hablar, y que cualquier otro que exprese una opinión diferente está movido por siniestras intenciones.

Así, al hablar de las pandillas, el presidente dijo: “De hecho, yo no he visto al partido ARENA-la derecha que ha mandado durante 20 años en El Salvador-pronunciándose en contra del paro o de la violencia…Las pandillas se han convertido en unidades de tarea, en sicarios al servicio del crimen organizado pero también de intereses políticos…Y la derecha se ve beneficiada desde el punto de vista electoral…”

En este punto el entrevistador lo interrumpió, diciéndole: “Esta es una acusación muy grave, presidente…” El presidente contestó: “Yo no estoy diciendo que ARENA financie las pandillas, pero sí que hay una coincidencia de propósitos”. Esta es una acusación que no solo es gravísima sino que también está grotescamente fuera de la realidad. El decir (como ha dicho ARENA) que su gobierno ha sido incompetente para detener la escalada de violencia de los últimos meses no implica en lo absoluto (en realidad contradice) que ARENA tenga coincidencia de propósitos con las pandillas. El ligar las dos cosas parece un síntoma de la existencia en el presidente de la idea de que cualquiera que lo critique a él está contra la integridad del estado-es decir, que el estado es él, y que igualmente malo es un partido opositor que una pandilla criminal porque ambos hacen cosas que a él no le gustan. Para que haya una concertación democrática, el presidente debe aceptar que así como la presidencia es una institución democrática, la oposición también lo es. Aunque no se gusten mutuamente.

La tercera área, relacionada con la segunda, es que no puede lograrse una concertación basada en la falsedad, voluntaria o involuntaria. En la misma entrevista, el presidente dijo que El Salvador no es el país más pobre, pero sí el más desigual, uno en el que la riqueza se distribuye de la forma más injusta posible. Esta aseveración es falsa. Probablemente el presidente lo dijo movido por sus emociones, sin saber que hay un indicador que mide la desigualdad, que puede ser usado para ver si lo que él pensaba era cierto o no. La gráfica adjunta muestra este indicador para toda Latinoamérica, y en ella se ve que la distribución del ingreso de El Salvador es mucho más igualitaria que la del promedio de la región, y muchísimo más igualitaria que la del país con la distribución más desigual en la Latinoamérica-que es Brasil.


FUENTE: World Development Indicators del Banco Mundial. http://databank.worldbank.org

Estos problemas son de menor cuantía frente al reto del desarrollo del país y deben poder resolverse con un poco de madurez política. No deben de obstruir el camino hacia un entendimiento político basado en la democracia y la libertad, dentro de un régimen como el que establece nuestra constitución.

La pelota la puso el mismo presidente Funes en su propia cancha al decir sin ambages que el país debe optar por la ruta democrática, abandonando ideas de regímenes comunistas que son esencialmente antidemocráticas y, que como el presidente dijo, están ya superadas. Si sólo el presidente pudiera alinear la realidad de su propio gobierno con estas ideas, y tuviera en su gabinete gente que estuviera de acuerdo con ellas, no con las que él piensa que el FMLN debe abandonar, comenzaríamos el camino a la armonía, la inversión y el progreso del país.

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